A principios de los años 80 la novela gráfica recogió el testigo de aquellos clásicos de la novela distópica que eran 1984, de George Orwell, o un Un mundo feliz, de Aldoux Husley. Aquellas novelas recogían de manera magistral e impactante el peligro de la realidad de un mundo torpedeado y hundido moralmente en nombre de un supuesto bien común. Alan Moore, reputado guionista de cómics, recogió el testigo del genio de Orwell y Huxley, para plasmar junto a las imágenes del ilustrador David Lloyd, la que puede ser considerada la novela gráfica distópica por excelencia, un punto y aparte indispensable en el mundo del cómic. Era de esperar que tras la publicación de la serie de cómics, más tarde o más temprano, alguien llevara al cine un material tan interesante. Pasaron unos cuantos años y no fue hasta el año 2006 cuando V de Vendetta se hizo película. Con producción del productor estrella Joel Silver y la atenta mirada de los hermanos Wachowski, también metidos en labores de producción, James McTeigue, antiguo colaborador como ayudante de dirección de estos hermanos, contaba con la difícil papeleta de no estropear la novela. McTeigue, en su primera incursión como director, sale airoso de este cometido, y con la ayuda un diseño de producción impecable, consigue un estupendo resultado cinematográfico, elevado este hasta categoría de culto en nuestros días. La influencia de la película es clara. Ahí tenemos la máscara del protagonista V en diversos movimientos ciudadanos, porque como diría V y la misma película: Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso. Bajo esta máscara hay unos ideales y los ideales son a prueba de bala.Por Fernando Rivero
0 comentario/s:
Publicar un comentario